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Etnosur 2mil2Alcalá la Real (Jaén) ( 19 al 21 de julio de 2002 ) |
Carretera de Andalucía. 9.15h., hemos dejado Jaén a un lado
un poco mas adelante, cogemos un desvío y nos dirigimos a Alcalá la Real.
Desde la carretera sinuosa divisamos un campanario y una gran torre. Ese debe
ser el lugar a donde nos dirigimos. Y justo la carretera da, casi sin que nos
percatemos, a un gran parque, donde nos han dicho que hay que montarlo todo.
Del equipo de Comevientos, solo faltamos nosotros pues los demás llegaron ayer.
Enseguida les vemos. Imagen frecuente: dos que hablan por un móvil y se saludan
a lo lejos.
-Estamos aquí en el semáforo. (Saludan)
-Si ya os vemos
Aparcamos y preguntamos por los preparativos. Hay algo de incertidumbre hasta
que cada cual sabe lo que debe hacer. Y los nervios típicos de quien se estrena,
pues el taller de las cometas abre el festival y todos queremos que nuestra
actividad impacte.
Preparando los talleres |
Nos presentan a Rafa e Isabel que estarán con nosotros los
tres días. Montamos el tenderete de la máquina de coser, o sea el taller de
construcción de la rokaku que llevará el emblema del festival. Y también la
exposición de cometas y banderolas del club y como no, los talleres de niños y
adultos y la caseta de cometas donde entregaremos 3000 rombos con quilla de
regalo.
Isabel nos trae los primeros participantes y bajo el dosel de plataneros se van
elaborando poco a poco los trineos y conynes de cada taller.
El parque se va llenando poco a poco de gente y de mas actividades. Otros
talleres, y la música –el alma de este festival- que suena de fondo en la
entrada de los segundos grupos, los de las 12. Algunas cometas del grupo
anterior, recorren los espacios abiertos del parque. Y también algunos rombos
con quilla de los mil que se entregan esa mañana. Mientras tanto los
constructores de cada taller decoran primorosamente la suya.
En ocasiones se oyen voces pidiendo más "fixo" y alguna otra intentando aprender
el nombre de ése material sobre el que están pintando:
- ¿Tirec?, ¿sirex?,.....
- No tyvek. ¿Veis? Viene como marca de agua del propio material.
- ¿Repites lo del nudo de cote?
Talleres en el paseo Álamos |
Son una gente fantástica. Están entusiasmados con
todo lo que les vamos mostrando y quieren saberlo todo. Así da gusto. Es un
privilegio trabajar con ellas y ellos.
A las 14.00 h todo recogido y algunos "volando" a comer. La organización ha
preparado un restaurante para los participantes. Estamos hambrientos y hay que
esperar un rato porque estamos todos allí: Los del sonido, los de los cuentos,
los de las piedras, el cuero, organizadores etc. Nos impacientamos pero todo se
olvida con el amable trato de la posadera y el sabor sureño de "la secretaria"
-plato típico de la zona-, que es algo parecido a un estofado de ternera muy
troceada y aderezada con cominos y guarnición de patatas.
Para la tarde hemos hecho correr la noticia de que estaremos
en la Fortaleza de la Mota desde las 6 para volar las cometas. Hemos visto
alguna cara de asombro y escepticismo que comprendemos cuando llegamos: A esa
hora pega el sol de plano recalentando las piedras y el polvo y los lugareños
saben donde hay que estar. A pesar del calor, corre el viento y elevamos el arco
multicolor y unas cuantas cometas.
Poco a poco van llegando los cometeros a la cima del cerro donde esta la
fortaleza. Y también vuelan sus cometas. La música fluye desde el patio de
armas. Son los mismos que nos acompañaron por la mañana en el parque. Los chicos
y chicas del -"¿y eso vuela?", piden mas carrete para batir el record de altura
y todos perdemos la noción del tiempo hasta que se pone el sol. Ha sido un día
agotador pero lleno de satisfacciones.
Volando en la fortaleza de la Mota |
Nos espera la ducha en el fantástico albergue que han dispuesto para los participantes. Tenemos dos habitaciones espléndidas, a cenar y ver la noche de Etnosur.
Cuando salimos del albergue ya era de noche y la fortaleza y
la iglesia iluminadas contrastaban con el azul petróleo de la noche ofreciendo
una magnifica postal de la localidad. Tenemos un problema: por diversas causas
Derek no puede dormir en el camping como tenía previsto. Tampoco tiene la
llamativa pulserita que nos han colocado como distintivo para los que nos
alojamos en el albergue. Patricia piensa en alojarse en un hostal de otra
localidad, pero Paco sabe resolver la situación y consigue pulserita para el
muchacho (es un sobrino americano de Patricia, de trece años que no sabe ni papa
de castellano). Algo mas tranquilos nos dirigimos a la gran explanada de
conciertos en donde descubrimos el ambiente de lo alternativo con reminiscencias
"hipys" (ya sabéis, en este mundo violento la paz y el amor siempre son
alternativos), en los puestos de artesanías o en la zona gastronómica, incluso
en la entrada se agrupan algunos con guitarras, otros con darbucas y malabares.
Hay gente de todas las edades y condiciones.
Pero más importante aún, es el choque pacífico de diversidades en el que cada
uno aprende algo de los demás. Alcalá la Real facilita con este festival el
encuentro de diferentes realidades culturales, musicales, artesanales,
personales, que aprenden a conocerse, a valorarse, a respetarse.
Rosa y Paco animan a algunos asistentes a volar las acrobáticas de entrenamiento y Malko lo intenta con el bol la lamparita roja, aunque las turbulencias a ras de suelo no la permitan lucirse. Las avispas también tienen su hogar allí y se lo recuerdan a Rafa y Juan Carlos con sendos picotazos, lo que no les desanima para cambiar la situación del arco. Vuelve a variar el viento que cae definitivamente con el sol. Recogemos y después de la ducha nos vamos a cenar en el espacio dedicado a la gastronomía del mundo. Y músicas hasta que el cuerpo aguante. En la zona de artesanías llama nuestra atención un puestecillo con marionetas de personajes o animales inquietantes elaboradas a partir de vértebras, costillas, cúbitos, omóplatos. Jesús pica y Ricardo fija sus deseos en una lámpara de arenas que se deslizan lentamente creando un efecto relajante. Ha bajado la temperatura y alguno de nosotros protagoniza momento <movilquenoteencuentroyestoyacincometros>. Para alguno de nosotros es hora de dormir.
El domingo es fabuloso. Como ayer desayunamos esta especie de
churro-porra o porra flaca que es muy digestiva. Y nos lanzamos a la tarea. Hoy
entregamos mil cometas más y en los talleres tenemos más alumnos por grupo pues
hay mucha demanda. Viene más público espectador interesado por las cometas, por
nuestra asociación, por apuntarse a la actividad.
También entregamos la etno-rokaku. Ricardo y Jose María le sacan humo a las
máquinas de coser al ritmo frenético de las Txalapartas que resuenan a su lado
en el quiosco de música. Los asistentes aplauden a las dos ttukun mientras
recogemos los trastos. A las 14.00 flotamos en una nube. Éxito total. Objetivo
cumplido. Todo el mundo esta contento. Nos hacemos fotos con los organizadores
del festival y los representantes de la localidad. Y cada uno de nosotros graba
imágenes para el recuerdo en su memoria. (Y la botellita de aceite virgen de
Alcalá La Real).
El equipo al completo |
Comienzan las despedidas, pero antes en la Mota nos queda el momento de dar su bautismo de vuelo a etno-rokaku. Hoy han subido muchos a volar las tejas y las conynes. Os aseguro que su insistencia y sus caras de satisfacción son una inmensa gratificación para estos cometeros de la meseta. Como los aplausos para las ttukun que repiten su actuación en el patio de armas. Ahora de otras armas. Las de la cultura.
Y la etno-rokaku nos ve partir desde su altura. Ella se queda aquí. Tal vez nos veamos de nuevo en Etnosur 2003. (¿Veremos otra vez a Deker?, ¿Dominará las jotas rasposas que se le atascan?... ¡quién sabe!.)
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