Los cielos galos se engalanaron con las cometas de más de 200 participantes de distintos clubes de Europa: Italia, Suiza, Alemania, Portugal, Francia y España (representada por el Estels Club de Barcelona y Comevientos de Madrid).

En el festival se pudieron ver las reproducciones de cometas históricas, realizadas en madera y lienzo, verdaderas obras rescatadas de la historia, desde la mítica Aerocurve, con un peso superior a los 8 kg., pasando por las Hargrave o Lecornu. Estas creaciones pertenecen a socios del club italiano de Villanova di Bagnacavallo.

También estuvieron presentes afamados cometeros, grandes en su estilo, como el francés Guy Gosseelin, con sus cometas miniaturas, o el alemán Willie Koch, con sus cometas hechas a base de tiras entrelazadas. Como en todo festival que se precie no podían faltar los jardines de viento, utilizando para ellos desde materiales de reciclaje, hasta cuernas y plumas de animales.

Por lo que respecta a la participación española, los chicos del Barcelona Estels aportaron las estáticas de Josep Nieto y las del "tío retales". Por su parte los de Comevientos desplegaron su arco con más de 200 cometas y descendieron hasta la arena de la playa de Carnon toda la parafauna que llevaban, para deleite de los espectadores presentes.

En el plano acrobático, los campeones franceses de vuelo en equipo "Lung-Ta" desarrollaron a lo largo de las dos jornadas verdaderos ballets en el aire, haciendo fáciles y armoniosos los movimientos en sus composiciones.

Una brisa marina ideal, una luz extraordinaria, fabulosos ingenios de todas las formas y colores, esto es en resumen la edición de 1999 del festival de Montpellier, que de la mano de Madame Comallonga cumplió con las expectativas creadas. Testigos, los cometeros del arco Mediterráneo, que durante esas fechas compartieron el cielo de Carnon.