Huang Ching-Chen: el vuelo de la imaginación

Exposición de cometas
Museo de las Ciencias "Príncipe Felipe" ( Valencia )
5 de abril al 20 de mayo de 2002

Preparativos

Exposición


Huang volando algunas de sus cometas en el V festival de Valencia


Huang Ching-Chen, artista taiwanés, construyó su primera cometa a los diez años, y desde entonces su imaginación no ha dejado de volar.
Durante años ha ido perfeccionando su técnica de construir cometas con bambú al estilo chino tradicional, muy diferente de la técnica occidental, pues implica años de experiencia en el calentamiento y tratamiento de los materiales de bambú, de los que difícilmente se dispone en Occidente.
Tras su graduación en arquitectura, Huang comenzó a buscar una nueva manera de construir cometas mezclando materiales y estructuras orientales y occidentales.
Este artista pretende mostrar además su preocupación por el medio ambiente y quiere llamar la atención sobre lo preciados que son los recursos limitados del planeta.
Está convencido de que la mejor manera de que la gente conozca a las águilas es enseñarles cómo se hace una y que la hagan volar por el cielo.

Historias de cometas en Taiwán

Volar cometas es hoy en día una de las actividades lúdicas más populares de Taiwán, como continuación de una fascinación que surgió en China hace mas de dos mil años.
Una vieja leyenda narra el origen de las cometas chinas refiriéndose a una repentina ráfaga de viento que arrastró el sombrero de la cabeza de un campesino, quien pudo atraparlo por su banda antes de que volara definitivamente. Aquel tou-li (nombre del sombrero de los campesinos) fue según la leyenda la primera cometa china.

El emperador Kaoyang, de la dinastía Chi del norte (550-557) vivía profundamente obsesionado con la idea de imitar a las aves en su majestuoso vuelo. Esta fascinación tuvo, en cualquier caso, resultados de lo más grotescos; cuentan las crónicas que amarraba a sus enemigos a cometas con forma de búho y los arrojaba al vacío desde lo más alto del muro de palacio a la espera de que alguno consiguiera remontar el vuelo. Obviamente, la mayoría se estrellaba perdiendo la vida. Pero la paciencia del emperador tuvo su premio y uno de ellos consiguió elevarse gracias al viento y desplazarse dos millas antes de aterrizar. Poco después, el "afortunado cometero" murió de hambre.

Las cometas eran inicialmente empleadas por los chinos con propósitos militares. Liu Pang, fundador de la dinastía Han (206 a.C. - 221 d.C.), añadió creatividad e este objetivo. Volaba sus cometas provistas de cascabeles sobre los campamentos de los enemigos al llegar la noche, y éstos huían despavoridos sin adivinar de dónde procedían los ruidos.

Hasta tal punto ha sido popular el arte de volar cometas en Taiwán que durante la ocupación japonesa (1895-1945) estuvo absolutamente prohibido. Los japoneses sospechaban que las cometas eran utilizadas para enviar señales cifradas, y cada vez que veían a un niño volando una cometa la confiscaban. No imaginaban los aguerridos soldados que lo único que conseguían era cortar las alas de la ilusión de aquellos pequeños taiwaneses.


Esta es otra muestra de las creaciones de Huang.

Huang Ching-Chen: el vuelo de la imaginación
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Texto cortesía de la Oficina Económica y Cultural de Taipei
Fotos de Malco, Jesús y la Oficina Económica y Cultural de Taipei