El Capitán cometa

© A.D.C. Comevientos
boletín nº 4
(octubre 1996)


Las Autoridades Sanitarias advierten que
el Capitán cometa en altas dosis
puede perjudicar seriamente la salud.


Pregunta:

Querido Capitán Cometa, he podido comprobar lo hábil que eres resolviendo enigmas, así que aquí va otro desafío. Tengo unos mandos de Icarex almidonados que no se como lavarlos, pues me han dicho que si los meto en la maskina lavadora-secadora puedan encoger. ¿ Qué debo hacer ?

Fdo.: Ariel

Respuesta:

Esta pregunta me recuerda un viaje que realicé a Burundi y en medio de un cacho selva me encontré un elemento aborigen, tenía el tipo este, unos mandos de pedernal que eran la bomba, me preguntaba como podía aligerarlos de pesete, yo con mi sutil tacto le dibujé un croquix del funcionamiento de mi despertador tic and tic para explicárselo sencillamente... ¡ Pero bueno !, ya me vuelvo a despistar, al grano, que lo de Burundi es otra batallita.
La respuesta a tu carta no es moquiño de paviño como dice mi abuela gallega, me comí tanto el coquito que el líquido linso-neurágico se me caía al Danone. Cogí mi maletita de Burundi y fui al rancho de la abuela, R. P. Pothers se llama, a que mola ¡eh! ¡eh! y ¡eh!. ¿ Abuela Joaquina ?, necesito tu ayuda (le expuse la pregunta), y ¡querida amiga mía!, ¡que astucia!, ¡que mente más... más... disturbing!, sólo hay una única y posible solución: el Icarex se va acabar y vas a tener que frotar, si amiguita, si y requete... también. Tienes que frotar el Icarex contra un trozo de piedrusconio durante tres cuartos de hora mas o menos, tampoco que se te caiga el esmalte tía, after, coges los manditos y los metes en unos botines de leñador junto (no te olvides de this) dos bolitas de Pedo-Perls, las metes en un río de agüita (que chorrada ¿no?) y cada diez minutets coges los botitos agitándolos de la manera mas brutal que te pase por tu lindo coquito (centrifugado), y por último los dejas secar cerca de las lagartijas, que ellas controlan eso del solete. (A la recogida) ¡oh, que buanal!, ¡que tacto!, ¡que color!, ¡que olor!, ¡que resplandor!, una maravilla ni max ni menox, haz la prueba, esto es lo más seguro para el delicado Icarex, no te volverán a encoger en la escocida vida, y si te siguen encogiendo pues... ampútate el dedo oprimido ¿no?.


 

© A.D.C. Comevientos (boletín nº 4, octubre 1996)